A menudo escuchamos asociados los términos “cambio climático” y “extinción de las especies” como consecuencia de la inadaptación de las especies al aumento de las temperaturas, que fulmina a las poblaciones de forma indiscriminada
Como venimos experimentando en los últimos años, el verano pasado fue bastante caluroso.
Estas altas temperaturas son consecuencia de un cambio climático cada vez más evidente en el planeta, y está causando grandes problemas a nivel mundial en los humanos y en los ecosistemas. Pero… ¿Cómo están afectando las altas temperaturas y el cambio climático a la fauna?
A menudo escuchamos asociados los términos “cambio climático” y “extinción de las especies” a consecuencia de la inadaptación al aumento de las temperaturas, que fulmina a las poblaciones de forma indiscriminada. Pero, ¿qué ocurre con las especies que no mueren? ¿Se están extinguiendo estos grupos?
“Cada verano estamos experimentando con mayor fuerza cómo desde gusanos a ratones, aves, peces, plantas, árboles y hasta grandes mamíferos han disminuido su índice de reproducción”
El aumento de las temperaturas está afectando, no sólo a la supervivencia de los individuos, sino también a la reproducción de las especies. Cada verano, y con mayor fuerza este último periodo estival de 2022, estamos experimentando cómo desde gusanos a ratones, aves, peces, plantas, árboles y hasta grandes mamíferos han disminuido su índice de reproducción.
Esto es un dato que alerta porque nos avisa de la extinción lenta y silenciosa que muchas especies, tanto en fauna como en flora, están sufriendo. La pregunta que nos hacemos entonces es ¿por qué afecta el aumento de la temperatura a la reproducción de las especies?
Aunque el incremento de la temperatura global sea de 8 grados, una cifra que podría parecer inofensiva, este aumento provoca en primera línea, una elevación de la temperatura de los testículos en los machos de animales mamíferos; este aumento produce una desnaturalización de las proteínas del ADN e impide que las células sexuales realicen su función con normalidad, llevando al traste la formación del embrión o provocando que las crías nazcan con deficiencias (menor tamaño, atrofias celulares, etc).
Por otra parte, el calor sofocante disminuye el apareamiento de las aves; y aquellas parejas que sí se reproducen, de nuevo, tienen problemas para la fecundación y/o supervivencia de sus huevos. Además las aves que ponen sus puestas en oquedades, boquetes o nidos cerrados, también tienen que enfrentarse al “efecto invernadero” que se produce en el interior de sus nidos. El calor se concentra en su interior y, con la intención de respirar un poco de aire, las crías se asoman a la entrada o saltan hacia el suelo, asegurando su muerte.
“No sólo la fauna sufre las consecuencias del cambio climático, la flora también se está viendo afectada“
Pero no sólo la fauna sufre las consecuencias del cambio climático, la flora también se está viendo afectada. Todos hemos podido comprobar este verano cómo las plantas de nuestra casa han muerto o han decaído bastante, pero esto es un problema global. El calor en el ambiente acelera la evaporación del agua del suelo, dejando a la flora sin su máximo recurso, pero además, el calor también quema a las hojas, acelerando una muerte asegurada.
Y ¿qué ocurre con los animales con pelo? Muchos animales dependen de la temperatura para regular su pelaje, lo que se conoce como “épocas de muda”. Estas épocas suelen estar marcadas también con su periodo reproductivo. Los jóvenes cambian su pelaje al estado adulto, haciendo saber a su especie que está preparado para la reproducción, y los adultos cambian su pelaje de invierno al pelaje nupcial para avisar a su compañero/a de su preparación. Pero también el pelo tiene la función de ser un protector térmico, cambiando su pelaje en otras muchas especies, de verano e invierno.
“Un aumento de las temperaturas, altera el proceso hormonal que induce el cambio de pelaje, produciendo una alteración en el estado y bienestar de estos animales”
Un aumento de las temperaturas, altera el proceso hormonal que induce el cambio de pelaje, produciendo una alteración en el estado y bienestar de estos animales. Esto trae consecuencias como la no predisposición, la predisposición cada vez más tardía a la reproducción o un descenso de la energía de los individuos, que los conduce a una bajada en la frecuencia de su actividad normal.
Todos estos problemas provocados por el aumento de las temperaturas, empobrecen cada vez más la vida del planeta, por lo que, cuidar de nuestros ecosistemas y el medio ambiente, es cada vez una tarea más urgente para nuestra fauna y flora, así como para nuestra supervivencia.